No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni
de nadie
porque fundamentalmente tú has hecho tu
vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti
mismo y el valor de acusarte
en el fracaso para volver a empezar,
corrigiéndote.
El triunfo del verdadero ser surge de las
cenizas del error.
Nunca te quejes del ambiente o de los que te
rodean,
hay quienes en tu mismo ambiente supieron
vencer.
Las circunstancias son buenas o
malas,
según la voluntad o fortaleza de tu
corazón.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o
de tu suerte,
enfrenta con valor y acepta que de una u otra
manera son el resultado de tus actos
y prueba que ¡tú siempre has de
ganar!.
No te amargues con tu propio fracaso ni se lo
cargues a otro,
acéptate ahora o seguirás justificándote como
un niño,
recuerda que cualquier momento es bueno para
comenzar
y que ninguno es tan terrible
para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti
mismo, de tu necesidad, de tu fracaso.
Tú has sido el ignorante, el irresponsable,
Tú únicamente Tú,
nadie pudo haberlo sido por ti.
No olvides que la causa de tu presente es tu
pasado,
como la causa de tu futuro es tu
presente.
Aprende de los fuertes, de los audaces, imita
a los enérgicos,
a los vencedores, a quienes no aceptan
situaciones,
a quienes vencieron a pesar de
todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu
trabajo,
y tus problemas sin alimento
morirán.
Aprende a nacer del dolor y a ser más
grande,
que es el más grande de los
obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo
mismo
reconociéndote por tu valor, por
tu voluntad
y por tu debilidad para
justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que
todo puede hacerlo,
reconociéndote a ti mismo, más libre y
fuerte,
y dejarás de ser un títere de las
circunstancias,
porque tú mismo eres el destino
y nadie puede sustituirte en la construcción
de tu destino.
Levántate y mira el sol por las mañanas y
respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de la vida. Ahora
despierta, camina, lucha.
¡Decídete de una vez y triunfarás en la
vida!…
Nunca pienses en la suerte, porque la
suerte...
¡es el pretexto de los
fracasados!
...Pablo Neruda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario